jueves, 4 de diciembre de 2008

¿Funcionará la política Keynesiana del ultimo plan de choque?

Teoría

El modelo más sencillo es aquel en que la producción se puede usar para consumir, invertir o para gastar por parte del sector público. La producción puede ser un coche que se fabrica en Valladolid. Ese coche es la Oferta. Un detalle importante que se le escapa a mucha gente es que esa producción es la fuente de rentas para todos los agentes implicados en la producción.

El coche puede ser usado por una familia para sus quehaceres diarios (consumo) por un taxista para transportar gente (inversión) o por la policía para (a)patrullar (gasto público). Estas tres componentes forman la Demanda.

El problema surge si por alguna causa la gente (consumo) o las empresas (inversión) dejan de comprar coches. Si no se compran coches no interesa producirlos pero si no interesa producirlos los productores no tienen renta y no compran coches. Se inicia un proceso contractivo (recesión) cuyo análisis completo requiere estudiar al menos un libro sencillo de Introducción a la Economía o de Macroeconomía Intermedia.

Bajar los tipos de interés suele ser un buen remedio para esta situación. La bajada de los tipos de interés convierte en atractivos proyectos de inversión que no lo eran a un tipo de interés más alto. Al mismo tiempo, el ahorro (no consumir) es menos atractivo y consumir a crédito es más barato. Por tanto, se espera que el consumo se incremente.

Existen situaciones en las que la política de bajadas de tipo de interés no es efectiva. Por ejemplo, si estás convencido de que el precio de la vivienda va a bajar comprarla implica un rendimiento negativo en ese activo. Por tanto, con un tipo de interés positivo un depósito bancario es más interesante que comprar una vivienda y, por tanto, no se comprarán viviendas.

Otra circunstancia en la que los tipos de interés no tienen efectos. En los tiempos actuales no sirve de mucho que se bajen los tipos de interés de descuento a los bancos si éstos no prestan a sus clientes. En los dos casos anteriores y en otros la bajada del tipo de interés no sirve para reactivar el consumo o la inversión.

La receta sugerida en este caso es el gasto en obras públicas. Paul Krugman lleva reclamando este tipo de políticas para Estados Unidos desde hace algunas semanas en su columna del New York Times. Por tanto, el enésimo plan de choque para la crisis (que no existía, que si existía nos iba a afectar menos que a otros y que si nos afectaba estábamos mejor preparados que otros) tiene cierto fundamento teórico de base Keynesiana y está en consonancia con las opiniones de economistas muy competentes.

Práctica

No he logrado encontrar una descripción detallada del plan. Se habla de que se transferirán cantidades a los ayuntamientos para hacer determinadas obras. Aquí es donde realmente empiezan los problemas.

1. En los foros más irreverentes de economía los participantes escriben siempre “hay untamiento”. La historia de corrupción y de incompetencia de los ayuntamientos los convierte en un peligroso compañero de viaje en periodo de crisis. ¿Qué pasaría si “desaparece” una parte importante del dinero? ¿Qué pasaría si no se llegan a ejecutar las obras? ¿Qué pasaría si se ejecutan cuando la economía está a punto de resurgir?

Termino lanzando dos preguntas:

1. ¿No sería mejor usar este dinero para ampliar la cobertura de desempleo?

Transferiríamos dinero a la gente que está reduciendo el consumo en mayor medida y reactivaríamos esa importante partida. La inversión puede seguir a las oportunidades empresariales que surgen de la reactivación del consumo.

2. Desde hace días y sobre todo al escribir estas líneas me he dado cuenta del efecto nocivo que tiene la expectativa de caída del precio de la vivienda.

La caída del precio reduce la riqueza de los poseedores de este activo. Eso no tiene vuelta de hoja. Pero el pensar que seguirá cayendo produce un curioso efecto: si te regalan una casa de un millón de euros no la podrás convertir en efectivo hasta dentro de unos años. Es decir, tendrás que esperar a que el precio se estabilice, por ejemplo en medio millón de euros, y entonces serás rico. Por tanto, tendrás dificultades para aumentar tu consumo actual aunque tus perspectivas futuras sean buenas. En esas mimas circunstancias, se encuentran todos los propietarios de vivienda en España. El consumo futuro se verá afectado por la pérdida de capital pero el presente está constreñido por la falta de liquidez. Yo creo que la pérdida de capital no tiene remedio pero la fala de liquidez sí.

La pregunta es:

¿Existe algún modo de conseguir que el mercado baje los precios de una vez y que se empiecen a comprar y vender casas?