viernes, 25 de marzo de 2011

Productos financieros que se entiendan

Parece ser que el consejo financiero de estos días es tener tus ahorros en productos que seas capaz de entender. Aplicando la misma regla de forma general te llevaría a conducir el coche que entiendas, usar el ordenador que entiendas y estar casado con la mujer que entiendas.
Me gustan los coches y disfruto los avances técnicos en general. Mi padre me enseñó a conducir usando técnicas pedagógicas que hoy implicarían orden de alejamiento e incluso prisión. El doble embrague y la rampa eran parte del programa. Hace unos meses intenté hacer una rampa sobre piso mojado con mi coche de cambio manual y no lo logré. El coche no se caló ni se fue para atrás pero tampoco avanzó. Tardé varios días en darme cuenta de que el programa de ordenador que le impide patinar lo hace impidiéndole avanzar si se va a producir un patinazo. Habría que haber soltado el embrague más y supongo que eso es lo que hice al final porque salí de la Facultad de Oviedo antes de que escampase el temporal. En definitiva, estoy muy contento conduciendo coches que cada vez entiendo menos. De vez en cuando, algún aparato da un resultado que nadie había previsto pero, en general, nos va bien. Usar sólo los medios de transporte que se entiendan nos obligaría a caminar todo el tiempo. Mi abuelo contaba sus problemas de niño tratando de entender a mulas y caballos. No sé si eran más fáciles o más difíciles de entender que el sistema antipatinaje-antiderrapaje del grupo Wolkswagen pero le arreaban unas coces de aupa.
En definitiva, hemos desarrollado un sistema industrial en que cada persona entiende sólo una pequeña parte de un producto. Se llama especialización y contribuye de manera notable a nuestro bienestar.
Hace unos años circulaba un chiste por intenet sobre la evolución relativa de automóviles y ordenadores. Bill Gates afirmaba que si los automóviles hubiesen avanzado tanto como los ordenadores circularían a 700 kilómetros por hora consumiendo un litro de gasolina cada mil kilómetros. Un ejecutivo de la industria del automóvil le replicaba que sería gracioso que cuando vas por la autopista a 700 kilómetros por hora el coche dijese "hay un error, reinicie". Yo pensaba que era sólo un chiste hasta que Levis Hamilton decidió reiniciar el ordenador de su bólido en un gran premio.
La moraleja del chiste es que tenemos un sistema donde los coches no alcanzan los 700 kilómetros por hora pero tampoco se "cuelgan" en la autopista. Este resultado es una mezcla de preferencias del consumidor, interés de los productores y regulación. Puede ser más difícil pero algo así nos hace falta para el sistema financiero.

Desconocimiento del concepto de dinero, activo y pasivo

En los últimos días he recibido dos veces el siguiente mensaje:

Es agosto, una pequeña ciudad de costa ..., en plena temporada; cae una lluvia torrencial hace varios días, la ciudad parece desierta.
Todos tienen deudas y viven a base de créditos.
Por fortuna, llega un ruso forrado y entra en un pequeño hotel con encanto. Pide una habitación.

Pone un billete de 100€ en la mesa del recepcionista y se va a ver las habitaciones.

El jefe del hotel agarra el billete y sale corriendo a pagar sus deudas con el carnicero.
Este coge el billete y corre a pagar su deuda con el criador de cerdos.
A su turno éste se da prisa a pagar lo que le debe al proveedor de pienso para animales.
El del pienso coge el billete al vuelo y corre a liquidar su deuda con la prostituta a la que hace tiempo que no paga. En tiempos de crisis, hasta ella ofrece servicios a crédito.
La prostituta coge el billete y sale para el pequeño hotel donde había traído a sus clientes las últimas veces y que todavía no había pagado.
En este momento baja el ruso, que acaba de echar un vistazo a las habitaciones, dice que no le convence ninguna, coge el billete y se va de la ciudad.
Nadie ha ganado un duro, pero ahora toda la ciudad vive sin deudas y mira el futuro con confianza!

MORALEJA: SI EL DINERO CIRCULA SE ACABA LA CRISIS


Me apetece comentarlo porque tiene la apariencia de una de esas historias que cuenta Krugman que te cambia la vida pero, en realidad, es una solemne estupidez.
Aparentemente todo el mundo en ese pueblo tiene una deuda de cien euros. Pero en realidad, todo el mundo tiene una deuda de cien euros pero tambien le deben cien euros. Es decir, uno a uno y agregadamente todos tienen el mismo activo y el mismo pasivo. En otras palabras, no tienen una deuda neta.
Lo habrían arreglado sin los cien euros reuniéndose y perdonándose las deudas pero sería un poco engorroso. El dinero lo único que hace es facilitar la operación de cancelación de deudas.
Si todos los individuos tuviesen más deudas que activos, la diferencia sería las misma despues del incidente de los cien euros. Los cien euros no cambian la diferencia entre lo que deben y les deben a los individuos.