Paul
Krugman es muy bueno con los modelos sencillos. De hecho, a nivel
divulgativo es un pionero en el uso de brillantes simplificaciones
verbales para aclarar un tema inicialmente intratable. La primera
historia se la he oído a él alguna vez.
1. Economía en una burbuja
Comprar
y vender pisos cada vez más caros gastando rápidamente la diferencia
entre compra y venta. Los pisos son construidos por trabajadores
inmigrantes y pagados con el ahorro de otros países.
2.Comercio (intercambio en general) y cambio técnico
Un
inventor diseña una máquina espectacular que convierte sacos llenos de
trigo en teléfonos móviles. Tiene unas grandes toberas por las que entra
el trigo y un compartimento donde aparecen los aparatos electrónicos.
El inventor es agasajado hasta que un día alguien entra en la factoría y
descubre el truco. Las toberas del trigo bajan hasta el puerto, allí se
carga el trigo en un barco, se lleva a un país asiático y se venden.
Con el dinero obtenido se compran teléfonos móviles y se llevan con una
cinta hasta el otro compartimento de la máquina.
Este ejemplo es importante porque todos podemos llegar a estar de acuerdo en poner restricciones al comercio
pero muy pocos se atreven a proponer una restricción explícita al
cambio técnico (por ejemplo, la “economía estacionaria” cuyo significado
seguimos sin conocer”). Las restricciones no explícitas (escondidas) al
cambio técnico están por todos lados.
Este ejemplo me lleva al autor de algunas de las mejores historias de este tipo: Bastiat. Mi preferida es el tren inverso aunque la idea de hacer casas sin ventanas para favorecer a la industria de las velas y los candiles tampoco está mal.
En época de crisis encontraréis muchas de estas historias en el discurso público.
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